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Psicología del Deporte
Autor: Gustavo Maure
Estamos preparando la mente de los campeones

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El Rival Interior

Introducción al manejo de la
agresividad en el deporte



Dios mueve al jugador
y este a la pieza
Pero ¿....quien mueve a Dios ?
Jorge Luis Borges

    La personalidad ganadora no es un don genéticamente dado como el color de ojos que resulta inmodificable, sino que es algo en permanente cambio, evolución y detención o crecimiento, sin embargo la mayoría de los jugadores y entrenadores están íntimamente convencidos que la actitud mental es un talento natural que solo se foguea y cultiva en los campeonatos.

Intentaremos resolver algunos de los enigmas que encierra el temple del campeón e investigar sobre las posibilidades de producir una fuerte estimulación en su desarrollo psicológico o lo que es lo mismo, desmontar las inhibiciones psíquicas que perturban su progreso y perfeccionamiento.


Chile y Venezuela se enfrentaron en las eliminatorias del mundial
Al terminar el encuentro la tristeza y el festejo lo dicen todo

Este libro propone tres tesis psicoanalíticas básicas y una cuarta adicional: la primera plantea que el enfrentamiento deportivo es la expresión de una batalla simbólica . La segunda postula que el deporte es el fruto de una sublimación de la guerra, este proceso constituye un gran progreso cultural ya que brinda la posibilidad de encauzar pulsiones (impulsos) o instintos agresivos en procesos sublimados, es decir carentes de destructividad o privados de sus fines aniquilantes, permitiendo así la creatividad, la destreza y la máxima eficiencia en el juego, sin necesidad de matar o exterminar al otro. Este mecanismo psicológico permitió cambiar la guerra por el deporte y el enemigo por el adversario, ya que los juegos representan simbólicamente enfrentamientos de guerra pero sujetos a normas que rigen y regulan la conducta de los participantes y reglamentos que lograron cambiar las armas por instrumentos deportivos (raquetas, bates etc.), el proyectil por una pelota y reemplazaron al hombre enemigo por el arco contrario, así penetrar el arco es herir al enemigo simbólico. Pero al mismo tiempo la cultura fuerza una represión de la agresividad que obstaculiza la actitud deportiva. La idea no es intentar un reduccionismo sobre esta actividad, sino sacar a la luz un factor psíquico capaz de inhibir o potenciar el rendimiento anímico del deportista en ámbitos de competición.

Estas dos primeras proposiciones tienen netas consecuencias en la organización del psiquismo de los jugadores, en el mayor o menor rendimiento que pueden alcanzar en los partidos, en la agresividad de su juego, en la entereza mental con que pueden resistir el enfrentamiento y en el grado de tensión que son capaces de soportar.

La tercera tesis es la que le da nombre al libro; habitualmente estamos acostumbrados a pensar en el rival exterior, es decir al que tenemos enfrente. Existen talentosos deportistas que no han podido alcanzar logros proporcionales a sus capacidades. El análisis cuidadoso de su actitud psíquica ha demostrado que el problema no estaba afuera de ellos sino adentro . Los fragmentos de agresividad no sublimada no solo son armas que dejan de utilizarse contra los rivales externos sino que se vuelven en contra del propio jugador al modo de autoboicots en los momentos decisivos del encuentro o de la carrera deportiva. A estos procesos le hemos dado el nombre de Rival Interior y se presentan con rasgos particulares y específicos en cada persona o jugador. No solo en el deporte sino que en todos los ámbitos y con diferentes resultados, muchos hombres han batallado toda una vida contra ellos mismos.

Otras manifestaciones del Rival Interior son las búsquedas inconcientes de fracaso , la predisposición al accidente (o lesiones) y las afecciones psicosomáticas (calambres, cansancios inusuales, etc.) , todas ellas se analizarán detenidamente. Con la más mínima manifestación de alguna de estas tendencias alcanza para malograr éxitos en un medio sumamente competitivo. Una cuarta tesis consiste en los altibajos que sufren las constelaciones anímicas que organizan la fluidez , espontaneidad o naturalidad en el juego. Las oscilaciones de rendimiento se derivan de la inestabilidad psíquica y actualmente se han convertido en uno de los síntomas de los deportistas que generan más preocupaciones.

El deportista es emergente de un campo familiar y social que lo trasciende y lo engendra, y si no logra desprenderse de ese mundo de expectativas y deseos colectivos paga el costo de una merma en el desarrollo de sus potencialidades. Pero si lo aislamos y tomamos individualmente, el deporte es una combinación de procesos somáticos: preparación física y procesos psíquicos: destreza y actitud. Este trabajo se ocupará de este último aspecto. En este sentido una actitud exitosa no es algo sencillo de lograr, exige mucho aprendizaje y acumulación de experiencias y no todos logran alcanzar la meta, no existen soluciones sencillas o recetas de rápida instrumentación. Casi no existen libros sobre la mentalidad ganadora en el deporte. ¿Por qué? Existe una dificultad para escribir sobre este tema, el problema es que la superioridad mental del triunfador es un arte, y explicar un arte es una tarea muy difícil cuando no imposible, pero intentaremos aproximarnos a su concepción a partir de diferentes ópticas incluyendo especialmente la actitud del guerrero samurai en combate.

Otra dificultad es que al ser el tenis o el golf deportes individuales no existen los interesantes análisis del funcionamiento grupal, alternancia o fijación de roles, comunicaciones durante el juego, reemplazos, apoyo grupal, videos de aplicación de esquemas, líderes positivos y líderes negativos, ejercicios grupales, charlas, etc., como procesos intersubjetivos son más evidentes. En cambio en el tenis son todos diálogos internos, pensamientos o fenómenos intrasubjetivos, y la experiencia indica que los más fructíferos no se comentan y al no ser escuchados en su verdadera dimensión se pierden valiosas pistas sobre el funcionamiento psíquico del jugador y solo se ven las consecuencias quedando ocultas las causas. Asumiendo estos riesgos, por lo menos intentaré realizar un trazado teórico sobre algunas dificultades que suelen presentarse para la adecuada instrumentación de este arte de guerra.

Sabemos que psicológicamente el ser humano es bastante complejo y en muchos casos incomprensible. Sin embargo nos preguntamos si es posible dar pasos concretos para aclarar algunos puntos clave y obtener avances específicos en temas como agresividad, fluidez de juego, regularidad, sangre caliente para pelear los tantos y sangre fría para definirlos.

Otra idea fundamental de este libro es que al considerar al deporte como heredero sublimado de los enfrentamientos de guerra nos hemos percatado que, pese a que ahora la vida no está en peligro, algunas emociones son similares a las que se experimentan en una batalla o duelo a muerte, particularmente en una final con máxima presión. No debe sorprendernos este descubrimiento, si seguimos el ejemplo del sueño encontramos que las escenas oníricas son imaginarias pero las emociones que se experimentan son absolutamente reales . Tanto la angustia que genera una pesadilla como la excitación que produce un sueño erótico son afectos reales con todas las concomitancias orgánicas que estos producen, como por ejemplo las palpitaciones y sudoraciones que padecemos cuando nos despierta un fuerte sueño de angustia. Ver una película en un cine produce el mismo efecto, intelectualmente sabemos que es una ficción, pero emocionalmente la sentimos como si fuera una realidad, una película de terror puede desatar un intenso pánico en muchos espectadores. La reacción emocional es mucho más primitiva que el razonamiento cerebral y a mayor pasión no suelen distinguirse las diferencias entre la realidad y las fantasías inconcientes con que abordamos la realidad, por lo que muchas de estas reacciones no solo son ineficaces sino netamente contraproducentes, como el enojo mal canalizado. En el calor del enfrentamiento el sistema emocional del jugador está mucho más expuesto que el de una persona común y, lo mismo que el motor de un auto de carrera, necesita una mayor puesta a punto que uno convencional. Esta puesta a punto depende de la capacidad de sublimación de la pulsión de muerte que tenga cada persona. En principio sublimar es enfrentar sin destruir, como es el caso del deporte, a la agresividad sana , al impulso ganador, guerrero, inteligente y eficaz como el ataque de un predador, le hemos dado el nombre de valía , tanto en el sentido de valor como en el de validez , que está dentro de las reglas.

    El nerviosismo o la angustia durante el encuentro es otro de los grandes temas que dividen aguas entre los deportistas triunfadores y los mediocres. Estas reacciones emocionales tienen una estructura que la representamos de la siguiente forma: alguien que hace deportes extremos ¿cómo es que puede disfrutar cuando está poniendo su vida en peligro? ¿disfruta o sufre? La respuesta es ambas cosas. Examinemos un escalamiento en una empinada pared de montaña, abajo en el precipicio espera, ansiosa, la muerte; el yo desarrolla un afecto de angustia ante el peligro, pero otra parte del yo, más fuerte y evolucionada, provee la seguridad que brinda la experiencia del escalador y la confianza en los instrumentos y equipo que utiliza.

Este aplomo aporta una fuerte dosis de libido (energía psíquica) que es suficiente para neutralizar la angustia y convertirla en un placer muy particular, un goce específico que experimentan los deportistas extremos, como los paracaidistas o pilotos, una sensación de poder gozar con el vértigo. Y la mayoría de las veces el placer solo se siente después de haber superado el peligro, como en las regatas oceánicas, pero se mantiene la eficiencia durante la tormenta o el escalamiento.

Y aquí se presenta el problema central, si falla esta segunda parte del yo, la que brinda seguridad y confianza, la angustia inicial se libera y gobierna la escena desencadenando una sensación de pánico y el escalador puede quedar paralizado o congelado (según su propia jerga) ante el peligro. Lo mismo sucede en una final de tenis, solo que el peligro no es real sino imaginario como en el sueño, ante la presión se genera un estado especial de conciencia donde el yo no distingue la diferencia entre realidad y fantasía inconciente, de esta forma se desarrolla angustia de muerte o de castración igual que en el duelo o el circo romano, y el jugador puede presentar estados de miedo o inhibición que le disminuyen significativamente el rendimiento; a este proceso lo denominamos angustia escénica .

También es muy importante cómo toma la derrota el jugador, si lo siente como una tragedia, puede paralizarse ante las dificultades, a veces saber perder permite ganar . En cambio el campeón tiene muy fuerte la parte del yo que falla en los demás y puede disfrutar del encuentro con los mismos nervios que el escalador, pero sin que se le agarrote o congele el brazo en los momentos claves (inhibición). Tampoco sufre el otro desenlace que es el descontrol, cuando hay que vencer un obstáculo interno como la angustia se produce un forcejeo interior y su producto suele ser la imprecisión o el desborde.


Djokovic - El humor hace que este jugador tenga una de las personalidades más fuertes y sólidas del ciruito

No concordamos con la anacrónica idea de control emocional, ya que si hay que controlar es porque hay algo que se descontrola, preferimos postular un proceso de transformación y fluidez emocional que no es un dique de aquello que se sale de curso y desborda, sino un encauzamiento productivo y eficaz del torrente emotivo. Para alcanzar este estado óptimo de rendimiento el jugador necesita generar cierta impermeabilidad como para no sentir presiones ni distorsiones de su estado afectivo. ¿Existe esta capa protectora? ¿Cual es? ¿Como llamarla? ¿Se puede crear una nueva respuesta emocional frente los desafíos de este combate simbólico que es el deporte? Otro punto decisivo, pero muy ligado al anterior, es la concentración ¿Es posible entrenarla y estimularla? ¿Cómo desarrollar una auténtica actitud de campeón? ¿O todas estas cualidades son algo innato y no pueden ni adquirirse ni entrenarse? Para responder a todos estos interrogantes necesitaremos introducir algunos términos técnicos que serán aclarados en más de una ocasión.

De la misma forma en que un tiro o un golpe nuevo debe ser practicado muchas veces, este texto va a necesitar ser releído en más de una oportunidad y aunque presenta una serie de dificultades para el que se inicia en el tema, puedo asegurar que paulatinamente va a rendir valiosos frutos. Así como el jugador tuvo que ir adquiriendo nociones de nutrición, fisiología muscular, entrenamiento, planificación, etc. entiendo que en la actualidad deberá ir incorporando nociones de psicología y psicoanálisis. El aprendizaje de ciertos conceptos básicos de psicología permite un cierto grado de comprensión personal sobre las dificultades psíquicas que se nos presentan en la vida. Si esta comprensión logra destronar a la exigente autocrítica podemos reducir tensiones y desarrollar una actitud más positiva y eficiente con nosotros mismos.


Del Potro


Federer


Maxi Gonzalez

Conocer el problema es siempre el comienzo de una solución. Tomar conciencia de la dificultad la atenúa, descubrir sus raíces inconcientes la elimina. En la época en que la navegación con sextante dejaba amplios márgenes de incertidumbre sobre la posición exacta en el mar, se decía: error conocido es menos error . Ningún entrenador podría con pocas indicaciones dar las pautas suficientes para adquirir la técnica de un campeón, tampoco puede pedirse eso al psicólogo, y el deportista que quiere llegar a su meta sabe que el trabajo constante rinde mucho más que la solución fácil e inmediata.

La sublimación representa un gran triunfo cultural, pero la organización positiva de la agresividad en el ser humano ha demostrado tener una gran complejidad, la amenaza atómica, la contaminación o tala indiscriminada de bosques confirman esta dificultad, miles de años de civilización no han logrado detener las guerras pese a que la experiencia histórica ha demostrado plenamente que todos pierden. Es una lucha entre la civilización y la barbarie, esto vale tanto en lo general como en lo particular, por lo tanto no ha sorprendernos que el perfeccionamiento deportivo en este arte requiera de una disciplina y una dedicación que solo está reservada para aquellos que no se conforman con metas pequeñas. Desarrollar una auténtica personalidad de guerrero sublimado debe considerarse como un proceso que implica un trabajo psíquico en el que deben darse pasos paulatinos y constantes. Con estas coordenadas y a efectos de superar las actuales marcas de eficiencia ¿podemos pensar una psicopatología del jugador? Entendemos que sí y el tema será tratado con rigurosidad.

Este texto está a tono con los nuevos parámetros de calidad y formación personal que el atleta se ve obligado a desarrollar si quiere escalar posiciones en un deporte cada vez más competitivo y profesionalizado. Le pediremos entonces un pequeño esfuerzo al jugador ya que este no es un libro de entretenimiento sino que intenta ser un libro de estudio. El presente trabajo abordará cuatro temas esenciales para poder alcanzar objetivos de alto rendimiento:

El manejo de la agresividad
Dirigido a Deportistas y Entrenadores
La angustia escénica y su relación con el deseo
Escrito para Psicólogos y Estudiantes
Las manifestaciones del rival interior
Escrito para Psicólogos y Estudiantes
El desarrollo de la inteligencia deportiva
Pensado para Profesores y Deportólogos
Apéndice
Historia de algunos deportes

El apéndice final permite conocer la historia de algunos juegos a efectos de descubrir los procesos psíquicos y sociales que intervinieron en la creación del deporte en diferentes épocas, culturas y pueblos, está dirigido a amantes y estudiosos del deporte. En última instancia los textos son accesibles a todos. Es una tarea muy difícil escribir para un público tan disímil y creo que cada uno va a llevarse mucho de aquello que nos convoca, el máximo rendimiento en las situaciones más críticas.

© Gustavo Maure

® Todos los derechos reservados © Copyright El rival interior

LA ADICCIÓN AL TABACO ES UNA MÁS DE LAS MUCHAS
MANIFESTACIONES DEL RIVAL INTERIOR

© Gustavo Maure
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Cuerpo Caníbal
Indice de Estrés y Psicosomáticas

 

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Biografías: Ulises
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Fuentes :   Bibliografía, Imágenes y Textos Recomendados   

 

 



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