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Psicología del Deporte Autor: Gustavo Maure

La indiferencia Instrumental

Las dificultades en la definición o cierre del Partido - La Presión



Al ejercitarse con perseverancia en las artes marciales, los guerreros aprenden que el arte de la guerra es una técnica precisa. Esta práctica no tiene nada de misterioso o de confuso. Al permanecer con un espíritu atento, sin distraerse en ningún momento, afinando la percepción de la mente, concentrados en el ojo que observa y el ojo que ve, se llega al estado de vacío, donde no hay oscuridad ni es posible la confusión o el error.

Miyamoto Musashi

  • La indiferencia instrumental es una actitud psíquica esencial que opera al modo de un filtro sobre la presión, tanto interna (emociones inadecuadas) como externa (deseo del Otro, hostil o positivo). Puede compararse a los lentes para el sol que filtran el exceso de luz y de radiación para obtener una mejor visión.

  • Pero la Indiferencia Intrumentral es un filtro que no solamente opera sobre el exterior sino fundamentalmente sobre el interior, es decir sobre las emcociones negativas (hostilidad contraproducente) o el exceso de emociones positivas (deseo de ganar).

  • Es propia de una mente tan poderosa como la de un maestro Zen, y lleva años adquirirla, pero puede avanzarse mucho en esta dirección.

  • Es un aislamiento de toda realidadad interna o externa que pueda interferir con la eficiencia. Establece un cono de sombra perceptual (vista, oído) sobre todo aquello que no sea el foco de interés de la escena en cuestión. Como si en la más profunda oscuridad una luz, un reflector, iluminara solamente los detalles de la escena en que se desarrolla el partido.

  • Es un estado donde pueden reprimirse o suprimirse la emociones que no tengan la calidad o la cantidad necesarias para mantener la precisión y la mente fría para poder percibir la realidad, pensar y tomar decisiones.

  • No implica indiferencia en el sentido común del término, como apatía o pecho frío, sino que define la posibilidad de reducir los estímulos interiores y exteriores al nivel óptimo de cada jugador y a cada momento del partido.

  • Se opone y combate al nerviosismo, miedo, intimidación o ansiedad.

  • Es una actitud que brinda un aporte sustancial al mantenimiento de la concentración.

  • Permite despegarse de situaciones traumáticas, un error en la definición, un gol en contra, un fallo injusto, un error siendo arquero, un fuerte foul no sancionado, un gol en el comienzo del partido, etc.

  • Instrumental significa una indiferencia radical, pero que se aplica solo a determinados momentos del juego. Un tenísta puede haber soñado toda su vida con ganar un campeonato, pero esta intensa pasión, con todo el significado que encierra, puede ser perjudicial a la hora de definir puntos importantes porque acrecienta el nerviosismo ante la realización del deseo. En ese momento el jugador debe tomar la situación como si no le importara tanto y jugar lo más relajado posible a nivel espiritual y con el máximo de reflejos y velocidad a nivel de juego y respuesta corporal. La máxima que dice LA AMBICIÓN MATA AL HOMBRE es válida, recordamos nuestra postulación, SANGRE CALIENTE PARA PELEAR LOS TANTOS, SANGRE FRIA PARA DEFINIRLOS


 

  • La indiferencia instrumental se edifica tomando una cualidad de un conjunto de actitudes que desarrollaron diferentes personas, grupos, escuelas o religiones de muy diversas épocas y que nos brindan un ejemplo de la construcción mental que estamos proponiendo.

  • Tiene raíces en los estoicos y en los primeros mártires cristianos, en el artículo sobre Ataraxia, hemos visto como los estoicos lograban un estado de imperturbabilidad e impasibilidad ante situaciones en las que otro mortal se hubiera dejado llevar por sus pasiones, ira, miedo o ambición. Recordamos que la indiferencia instrumental no quiere decir renunciar por ejemplo a la ambición de ganar o al hambre de gloria que puede hacer sacar fuerzas en los momentos más críticos, sino que resacatamos la cualidad de los estoicos de desechar las pasiones innobles o perjudiciales para permitir así la mejor respuesta deportiva.

  • Los samuráis desarrollaron una fuerte indiferencia ante la muerte, lo que paradójicamente les permitía ser mucho más efectivos para conservar la vida en combate, ya que optimizaban sus emociones para esa situación tan riesgosa.

  • Recibe un importante aporte de los sobrevivientes de diferentes eventos trágicos, si nos remitimos a nuestro artículo sobre la vida en el campo de concentración, recordamos que Víctor Frankl describe una reacción emocional a la vida en el campo que denomina como Apatía Relativa o de una especie de muerte emocional. Este es un mecanismo de defensa extremo que desarrolla el psiquismo para bloquear un desmedido desarrollo de angustia que se volvería inapropiado para la realidad e intolerable para el confinado.

  • Maestros Zen , una experiencia verificada de los monjes budistas de Nepal demostró como en una situación de frío de menos 0 grado, prácticamente desnudos y en estado de concentración, recibieron una toalla mojada helada y lograron secarla en un tiempo aproximado de dos horas. En nuestro artículo sobre Budismo Zen planteamos que meditar no es una traducción correcta, sino que el término más aproximado es Concentración. Entonces los monjes se concentraron en que sus cuerpos despedía fuego que quemaría las toallas y lograron entrar en calor en una situación que ningún occidental podría atravesar sin helarse y además secaron las toallas con su propio cuerpo. Es decir impusieron su realidad. La convicción de que el frío no existía, el poder mental que tienen, llevó a sus cuerpos a una reacción fuera de toda normalidad. En otra experiencia que ya hemos relatado los monjes se arrojaron a las llamas ante la captura inexorable de su monasterio por el enemigo que los mataría de modo cruel, quemaron su monasterio y se arrojaron a las llamas con el convencimiento de que serían refrescantes, entregándose a la muerte antes que al enemigo.

  • Siempre fue un enigma sobre el motivo por el cual los samuráis adoptaron el budismo Zen una religión de amor que respeta a todos los seres vivos, mientras que los samurai vivían en un fanático culto a la muerte honorable y entendían a la muerte como único medio de resolver los conflictos, incluso los menores. Creo que admiraban el poder mental de los maestros zen y al mismo tiemo necesitaban una religión que los ampare del temor a la muerte cosa en la que se ejercitaban diariamente. Por ejemplo sus concentraciones (meditaciones) eran situación donde morían de distintas formas, heridos por flechas, cortados por espadas o atravesados por lanzas, cada vez que salían de su casa al atravesar la puerta se despedían de la vida. Por eso para tener la resolución de un samurai en combate no alcanza con hacer ejercicios respiratorios quince minutos por día.

  • Un maestro de kenjutsu es consultado por un samurai ya que ha sido herido, y siente que su actitud en combate ha sido deficiente. El maestro le pregunta sobre sus sensaciones, el samurai dice que en el duelo siente que se hace de noche. El maestro le dice que ese es el problema, ya que la sensación correcta es que se trata de una noche pero con luna llena que ilumina a los contendientes. La noche es la epojé, suspensión de toda realidad, de todo pasado, de todo futuro, de toda consecuencia, la luna es el satori zen, iluminación, pero solo de aquello que importa ver y percibir. Instalar la epojé es olvidarnos de todo aquello de lo que hay que prescindir, en última instancia es un acto de desprendimiento de lo secundario que permite que se nos revele únicamente la esencia. Es un estado de máxima concentración y luminosidad.

 

® Gustavo Maure

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