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Psicología del Deporte Autor: Gustavo Maure
Supervivencia y actitud mental

 

"Quien tiene un porque para vivir,
casi siempre encuentra el como"

Nietzsche

La anticipación de situaciones

Es una preparación importante de todo deporte, tanto de riesgo como de competencia, por ejemplo las maniobras de hombre al agua en la náutica o los grupos de discusión de los escaladores sobre como se resolverán situaciones en caso de accidentes, tormentas o imprevistos. También es muy importante analizar antes que suceda el evento las diferentes tendencias de reacción que tiene la persona o el equipo, algunos se paralizan, otros actúan desesperadamente, esta anticipación se practica en los simuladores de vuelo, cuanto tiempo tarda en reaccionar el piloto y como lo hace, ya que si a la dificultad concreta se agrega un estado de parálisis, por breve que sea, el problema se vuelve insuperable. Esto sucede en un vuelo, en un incendio, un combate o en un enfrentamiento deportivo. Como cuando en el fútbol les hacen de entrada y los jugadores ya no vuelven a encontrar al equipo, no se reponen del shock. En navegación deportiva de altura se prevén y practican maniobras de rescate como hombre al agua, incendio, naufragio o navegación con tormentas descomunales, son situaciones que se anticipan preparando las reacciones al suceso. Otro hecho relevante en Argentina fue que el equipo de jugadores de rugby argentinos "Los Pumas" fueron entrenados en Supervivencia en la Base de la Armada Argentina "Belgrano" por los Comandos Anfibios de esa institución.

Algunos sobrevivientes lograron subsistir en base a ciertas formas especiales de dominio mental y emocional, estas son algunas de las Actitudes Positivas que desarrollaron:

• Ante la situación límite neutralizaron su neurosis habitual y utilizaron las mejores partes de su yo
• Encontraron una motivación para sobrevivir y mantener la confianza.
• Se recuperaron rápidamente del shock inicial.
• No entraron en pánico ni en desesperación.
• Transformaron su desesperación en eficiencia y su debilidad en fortaleza.
• Lucharon contra la depresión. Identificaron y cultivaron su fortaleza interior.
• Se repitieron frases tanto de fe religiosa como de estimulación personal.
• Utilizaron una enorme economía de movimientos con resultados productivos.
• No hicieron hincapié en los múltiples peligros que los acechaban e intentaron filtrarlos.
• Utilizaron el máximo posible de su inteligencia usual y generaron inteligencia inusual.
• Supieron trazar y mantener con mucha claridad sus objetivos estratégicos (ej. sobrevivir)
• Crearon su propia autodisciplina y buscaron métodos específicos para alcanzar sus fines (táctica).
• Desarrollaron una intensa creatividad para aprovechar sus escasos o nulos recursos.
• Lograron calmarse gracias a pequeños actos de mejoría situacional.
• Hicieron un diagnóstico preciso de sus fortalezas (por pocas que fueran) y de sus debilidades.
• Crearon nuevos paradigmas para relacionarse con su dura realidad.
 
 


La desesperación y el pánico bloquean estas posibilidades y nos ponen en posición de objeto frente al peligro, tal como esos pájaros que se paralizan frente al reptil y son devorados en el acto. Muchas personas mueren más a causa del Rival Interior que de la crudeza de su realidad, son víctimas de su propia desesperación.

En 1957 el velero o fragata Pamir partía de Bs.As. hacia Alemania, en el Atlántico lo tomaron vientos fuertes que interpretaron como rachas, pero fue arreciando hasta convertirse en una tormenta de viento y los 5.560 metros de velas no habían sido arriadas, finalmente el barco tumbó, naufragó y con él se fueron botes y balsas. Esta es otro error humano o compulsión al accidente porque si el viento toma a los veleros con las velas puestas es muy difícil atemperar sus efectos, en el caso de Pamir se hizo imposible bajar las velas en medio de los rolidos y pronunciadas escoras que fue dando el barco.

Algunos sobrevivientes hicieron el siguiente relato Por la tarde fue avistado un petrolero, acontecimiento que sólo trajo más desesperanza, pues, a pesar de los gritos y señas, siguió inmutable su curso. (a la noche otro barco pasó muy cerca de ellos, pero no tenían luces y sus gritos no fueron escuchados)
En medio de un nuevo mal tiempo, el bote volvió a volcar y perdieron el barrilito de agua dulce. Después de adrizado, un marinero se alejó nadando mientras gritaba: "Voy a buscar al Comandante".
Una suerte de locura colectiva empezó a apoderarse de los tripulantes, quienes comenzaron a sufrir alucinaciones: veían gente, ciudades, tierra.
Otro marinero fuera de sí se lanzó al agua para hacer ejercicio nadando, mientras se alejaba dando grandes risotadas. A su vez, Peter Frederich, quien también se había vuelto loco, se lanzó al agua a nadar mientras un tiburón estaba cerca de ellos, perdiéndose definitivamente en la distancia.
Al fin quedaban cinco sobrevivientes, que no acertaban a pensar si todos estos comportamientos eran parte de un suicidio colectivo o se trataba de accidentes vinculados con los tiburones.
Este estado de pánico colectivo se dio particularmente con los jóvenes marinos que hacían su viaje inaugural y no estaban preparados psicológicamente para una situación límite de esta envergadura. Estos estados de desesperación colectiva a veces se presentan en equipos de fútbol que van perdiendo y entran en descontrol.

En un evento reciente un velero tumba en el Atlántico cercano a Brasil con 4 tripulantes a bordo, inexplicablemente llevaban la balsa inflable adentro de la embarcación y no sobre cubierta, no la pueden retirar y en medio de la noche “dos hombres se tiran al mar para llegar nadando a la costa”, hecho imposible dada la noche y la distancia, finalmente se ahogaron, el tumbado velero permanece a flote y los otros dos hombres que permanecieron aferrados al mismo fueron encontrados y rescatados por un pesquero. El hecho de tener la valija con la balsa inflable en el interior es otra tendencia al accidente.
De la misma forma en que un caminante del desierto alucina oasis los náufragos creen ver tierra firme o barcos, pero estas alucinaciones traen mucha desesperanza cuando se deshacen en la dura realidad. Hay que estar muy preparado para los avistamientos que generan una ilusión fuerte pero que cuando no se concretan raen mucha depresión, por ejemplo un barco que no divisa a los náufragos y continúa su camino.

© Gustavo Maure

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